Todos queremos disfrutar de vidas largas, saludables y felices, pero alcanzar la vejez en óptimas condiciones conlleva cierto esfuerzo. Además de los cuidados básicos que debemos proporcionar a nuestro cuerpo y mente, como pueden ser el ejercicio físico y la alimentación saludable, médicos y psicólogos coinciden en que la mejor manera de evitar el deterioro cognitivo en la edad adulta conlleva el desarrollo de nuevas habilidades mentales y físicas.
Ciertos estudios* han demostrado que un sorprendente 50 por cien de los adultos mayores de 40 años no aprenden información nueva semanalmente, pero sobrevivir como un adulto independiente en el mundo de hoy significa mantenerse al día con un mundo cambiante, especialmente en relación con los avances tecnológicos. Los profesionales médicos se declinan por las citas a distancia, las compras por internet se han convertido en normales, y el entretenimiento se busca cada vez más en formato online. Esto significa que el no aprender esta habilidad incrementará las posibilidades de sufrir dependencia funcional. Simplemente no nos queda más remedio que abrazar este moderno mundo y todas sus complicaciones.
Aprender una nueva habilidad es un proceso natural compuesto de cuatro etapas. La primera etapa entraña la aceptación de nuestra falta de conocimiento. Imagínese que adopta un cachorro y no sabe cómo enseñar a su mascota a vivir dentro de casa. Si no se percata de que necesita aprender esta habilidad, podría acabar culpando al cachorro.
La etapa dos se refiere a la incompetencia consciente. Sabe que tiene que aprender o quiere hacer algo, pero no sabe cómo hacerlo. Imagínese que su amiga hace un bizcocho buenísimo y usted también quiere hacer uno. Este deseo y conciencia puede proporcionarle el impulso y la motivación para aprender. Probablemente cometa algunos errores durante esta etapa, pero todo esto es parte de la gran experiencia del aprendizaje. ¡Una vez envié papeles en blanco por todo el mundo utilizando un fax (estaba insertando las hojas del revés) y en otra ocasión, confeccioné un abrigo y cosí las mangas al revés!
En la etapa tres, ya ha aprendido lo que necesita hacer, pero no le nace de forma natural, al menos por ahora. Ahora está en la etapa de competencia consciente. Esto es cuando ha aprobado en examen de conducir, pero aun lleva la L en la luna trasera. ¡Puede conducir, pero cada viaje es una odisea! Muchos de aquellos que se embarcan en el aprendizaje de algún idioma, se estancan en esta etapa. Los estudiantes de idiomas saben lo que tienen que decir, entienden mucho de los oyen, pero les resulta muy complicado hablar. Tienen que escuchar con mucha atención para poder seguir una conversación. Muchas personas desisten durante esta etapa de competencia consciente porque creen que no podrán progresar y llegar a donde quieren llegar.
Por último, llegamos a la etapa cuatro, conocida como la competencia inconsciente. Su habilidad ahora ya es automática. Ahora que ha llegado a la cuarta etapa, le puede resultar complicado explicar y enseñar a aquellos que están aprendiendo su habilidad, ya que ahora le resulta natural y deberá intentar ponerse en su lugar.
Nunca es tarde para aprender una nueva habilidad o afición. Por tanto, ¿qué le gustaría aprender?
* Fuente: 2017 AARP Cognitive Activity and Brain Health Survey (Estudio sobre la actividad cognitiva y la salud mental).
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