Está promovido por la UNESCO y se celebra en más de 100 países de todo el mundo, pero ¿sabía que la idea en sí -y el primer Día del Libro- es una invención española?
El escritor valenciano Vicente Clavel Andrés tuvo la idea original de celebrar el Día del Libro en 1923. Aprobado por el rey Alfonso XIII tres años más tarde, el primer Día del Libro se celebró el 7 de octubre de 1926. En 1930, la fecha se cambió al 23 de abril en reconocimiento a varias figuras históricas de gran relevancia, entre ellos San Jorge, de quien se dice que salvó a una princesa matando a un dragón mientras cabalgaba a lomo de un caballo blanco. La sangre del dragón se derramó en un rosal y el futuro santo ofreció una de esas rosas rojas a la princesa. San Jorge es el patrón de Cataluña, más conocido como Sant Jordi, y su fiesta se celebra allí desde 1436. En el pasado, la tradición dictaba que los enamorados intercambiaran regalos – una rosa roja para la mujer y un libro para el hombre – pero esta tradición ha evolucionado, y hoy en día se intercambian libros y rosas entre los enamorados, la familia y los amigos.
Casualmente, Miguel de Cervantes murió en la misma fecha (la fecha original fijada para la celebración, el 7 de octubre, era en realidad su cumpleaños) al igual que Shakespeare, más o menos (más adelante se hablará de ello), lo que convierte su cumpleaños en el día perfecto para celebrar los libros no sólo en Cataluña, sino en todo el país.
En 1995, la UNESCO designó el 23 de abril como Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor, eligiendo la fecha porque en ella murieron Cervantes, Shakespeare y Garcilaso de la Vega. Otros autores destacados, como Maurice Druon, Haldor K. Laxness, Vladimir Nabokov, Josep Pla y Manuel Mejía Vallejo, también nacieron o murieron en esa fecha. Cabe destacar que, aunque Cervantes y Shakespeare murieron en la misma fecha (23 de abril de 1616), no lo hicieron el mismo día. En aquella época, España utilizaba el calendario gregoriano e Inglaterra el juliano. En consecuencia, la muerte de Shakespeare se produjo en realidad 10 días después de la de Cervantes, el 3 de mayo del calendario gregoriano.
Cada año, la UNESCO y las organizaciones internacionales que representan a editores, libreros y bibliotecas seleccionan la ciudad que será la Capital Mundial del Libro durante un año, a partir del 23 de abril de cada año. Esta iniciativa convierte la celebración de un día de los libros en una actividad continuada durante todo el año destinada a fomentar la cultura de la lectura, enriqueciendo la ciudad al ampliar la influencia cultural y geográfica de los libros para sus habitantes. Madrid fue la primera ciudad en recibir este honor, en 2001. Este año, la ciudad elegida es Tiflis, Georgia y, en 2022, la sede será Guadalajara, México.
Para muchas personas, este último año ha sido uno de aislamiento y soledad. En muchos lugares del mundo se han cerrado escuelas, la gente se ha visto obligada a trabajar desde sus casas o en circunstancias muy estresantes, no han podido visitar a sus familiares; en ciertas ocasiones incluso se les ha prohibido caminar al aire libre. El peaje mental de verse obligado a vivir solo o en condiciones de hacinamiento, sin el contacto social habitual ni las actividades a las que estamos acostumbrados, sólo podrán cuantificarse una vez que se nos permite retomar nuestra antigua vida.
Sin embargo, durante siglos, los libros han sido una puerta al mundo exterior para millones de personas, una luz brillante en medio de la oscuridad. Son una poderosa herramienta para combatir el aislamiento y la soledad, para reforzar los lazos entre las personas, para ampliar nuestros horizontes, estimular nuestras mentes y potenciar nuestra creatividad. Y parece que la gente se está dando cuenta de ello; según la UNESCO, en algunos países el número de libros leídos este último año se ha llegado a duplicar.
Este mes de abril -y durante todo el año- tómese un rato para leer un libro solo y/o con sus hijos. Lea en voz alta con sus compañeros de casa. Comparta la alegría de explorar nuevos temas, abriendo la mente a otros países, pueblos y formas de vida. Conozca el mundo que le rodea o deje volar su imaginación con la fantasía y escape a tierras imaginarias lejos de las preocupaciones de cada día.
Como dijo el célebre autor estadounidense Mark Twain, “los libros son para la gente que desea estar en otro lugar”. Esté donde esté, puede estar -al menos por un breve instante- donde quiera: ¡lea un libro!
¡Feliz Día Internacional del Libro!
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